La reconquista
de Al-Andaluz por los reyes cristianos comienza desde al momento mismo en el
que los musulmanes se instalan en la Península Ibérica tras ocho años de
conquista. Es en el año 722 cuando el
ejército cristiano, mandado por don Pelayo, vence a los musulmanes en Covadonga. Desde
este mismo momento se inicia un periodo de reconquista que terminará ocho
siglos después, con la toma de Granada por los Reyes Católicos.
Durante todo este periodo de tiempo, los
enfrentamientos entre las dos culturas predominantes en el territorio
son continuos y los musulmanes se ven empujados poco a poco hacia el Sur
peninsular y arrinconados en el último reducto musulmán del reino de Granada.
Es en la segunda mitad del siglo XIII, hacia el 1260, cuando el rey
Alfonso X los expulsa del valle del Guadalquivir y lo mismo
hace en estas mismas fechas el rey de Aragón Jaime I. que los expulsa
del levante. A Granada comienzan a llegar estas gentes buscando un espacio
donde vivir con sus familias. La presión demográfica sobre este reino ya de por
si superpoblado, obliga a buscar tierras en donde asentar a esta
población. Al sur de Granada la cordillera Penibética aún permanece como
espacio natural deshabitado al que sólo visitan, desde la antigüedad
y esporádicamente, recogedores de esparto, cazadores y pastores transhumantes
Es un territorio de suelo pobre y poco
profundo, quebrado y agreste cubierto de bosque mediterráneo. En las falda de sus sierras, la cabra montés,
el jabalí, el conejo la liebre tienen en ella su hábitat. A la sierra Tejeda
llegaban desde tiempos de los fenicios, no sólo cazadores sino también gentes
de las zonas costera y del valle del río Vélez en busca del esparto.
Es en este momento histórico de la segunda mitad de siglo XIII., cuando la población excedente de Granada que habían sido expulsados de otra regiones de la España cristiana, necesitados de tierras donde asentarse con sus familias, ocupan la falda sur de la cordillera Penibética. Sus sierras: Serranía de Ronda, Montes de Málaga, Sierra Tejeda, Almijara y las Alpujarras granadinas y almeriense, se transforman en espacios de acogida para estas gentes desheredadas de la fortuna.
Son terrenos que necesitan una gran transformación para ser acondicionados a la agricultura. Están apartados de las vías de comunicación que pasan por la costa hacia Málaga y por el valle de río Vélez- paso de Zafarralla, hacia Granada. Es lugar de llegada y no de paso.
Es en este momento histórico de la segunda mitad de siglo XIII., cuando la población excedente de Granada que habían sido expulsados de otra regiones de la España cristiana, necesitados de tierras donde asentarse con sus familias, ocupan la falda sur de la cordillera Penibética. Sus sierras: Serranía de Ronda, Montes de Málaga, Sierra Tejeda, Almijara y las Alpujarras granadinas y almeriense, se transforman en espacios de acogida para estas gentes desheredadas de la fortuna.
Son terrenos que necesitan una gran transformación para ser acondicionados a la agricultura. Están apartados de las vías de comunicación que pasan por la costa hacia Málaga y por el valle de río Vélez- paso de Zafarralla, hacia Granada. Es lugar de llegada y no de paso.
Estos musulmanes llegan a este lugar en grupos familiares, tal
vez todos ellos vecinos o emparentados en sus territorio de origen del cual fueron levantados. Buscan un asentamiento que les permita la subsistencia,y,cuando lo encuentran, construyen
sus humildes viviendas agrupadas en pequeños pueblos. En ellos, construyen castillos,
baños públicos, mezquitas alminares, molinos y hornos. Queman el bosque,
roturan el campo y sobre sus cenizas construyen terrazas escalonadas que podrán
de esta forma ser regadas. Las aguas que
desde la sierra bajan hacia el mar a través de arroyos son conducidas a estos
bancales o “kakies” como ellos les llaman. Mediante una red de acequias bien estructurada y respetando unas estrictas reglas en la distribución de las aguas, llegan estas por su propio pie a todos los pagos que conforman el llamado regadío.

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Posible alminar de la mezquita de Sedella |
Esta clase
dirigente que desde 1492 se hace con el control de la villa, está formada por
tres beneficiados o clérigos, un sacristán, un capitán, el alcaide encargado
del castillo y de la defensa del territorio próximo y varios cristianos viejos
que se asientan con sus familias.
El alminar de la mezquita de sedella no tuvo la
relevancia artística de aquellos otros que
se construyeron en Salares, Árchez
y Corumbela en la segunda mitad del siglo XIII. También hay que pensar que estas villas no tienen castillo y de esta forma se pudieron desviar los medios económicos y los esfuerzos hacia las construcciones religiosas.
Detrás del alminar que aparece en la foto y junto a él, es posible que estuviese la mezquita árabe a la que la clase dirigente formada por los cristianos viejos, transforma en iglesia año de 1505. a la que los apeadores llamaban la iglesia vieja mientras que la construida con posterioridad en la plaza, junto al cementerio aparece ya descrita en el año 1572 con el nombre de la iglesia nueva.
A espaldas de la villa, sobre una peana rocosa, un altivo castillo lucía orgulloso sus murallas, torres y almenas. Aún se puede observar en el paisaje restos arquelógicos de lo que hace mucho años fue refugio en época de invasiones. La panorámica que desde el se contempla, abarca todo el territorio de Bentomiz. Detrás y a mayor altura, en el llamado Cerro del Fuerte, existió otra fortaleza que pudo servir probablemete para mejorar la comunicación con Granada. El Tomo II de los libros de apeo escritos en el 1572, hacen referencia a esta fortaleza de la que dicen que se encontraba muy arruinada en estas fechas. Este castillo tenía en este tiempo la misión de defender y servir de refugio a las villas situadas en la alta Axaquía. Su último alcaide,Melchor Pérez, nombrado por su Majestad Felipe II, tenía la obligación de pagar a la hueste que lo defendía y de mantenerlo en buen estado. A tal fin, recibía de su Majestad ochenta mil maravedíes anuales. Este dinero se sustraía al fin para el cual se destinaba y se quedaba en Granada, lugar en donde el corrupto alcaide había establecido su residencia. Tales hechos están denunciados en los libros de apeo por si su Majestad tenía a bien tomar carta en el asunto
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. M. Castro.

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